Italia se queda sin fútbol, al menos, hasta el 3 de abril. El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, confirmó que el Gobierno acepta la petición del Comité Olímpico nacional de paralizar todas las competiciones de todos los deportes en el país para frenar la expansión del coronavirus.
La Serie A, la primera italiana, queda suspendida: «No hay razón para que prosigan los eventos deportivos», explicó Conte.
Desde que se decretaran los partidos a puerta cerrada en las últimas jornadas, varias voces clamaron por la suspensión total de los partidos para proteger también así a jugadores y trabajadores, entre ellos, Mario Balotelli que, siempre sin tapujos, dijo directamente que no estaba «dispuesto a correr el riesgo para entretener a la gente».